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Canalización Espiritual

Amanda y Don Agustín

Tal como lo prometí, hoy les quiero compartir esta emotiva canalización espiritual…

Amanda (nombre ficticio) y yo nunca nos hemos visto ni nos conocíamos previamente de nada. Ella es una mujer española de 55 años y reside en su país natal.

A través de una persona en común, consulta sobre su padre fallecido hace cuatro años. Ella quiere saber si su padre se ha comunicado con ella a través de pájaros, pues el día de la muerte de éste, un pájaro cantaba insistentemente en la ventana, y el día previo a su consulta, un pájaro entró a su apartamento en circunstancias muy poco comunes.

Aunado a eso, Amanda me dice que le gustaría saber si su padre está en la Luz, qué tal está y si está en disposición de comunicarse con ella.

Con el padre de Amanda, a quien llamaré don Agustín, me sucedió algo poco usual, pues cuando pensé en pedirle a ella que me enviara una fotografía de él, vi en mi mente su imagen con total claridad. Unos minutos después, cuando Amanda me envió la fotografía de su padre, pude comprobar que mi visión era real.

El día de la canalización (comunicación con don Agustín), él se presenta rodeado de luz, hermosa luz que ya he experimentado en otras canalizaciones que he realizado antes.

Aun así, con gran cariño y respeto le hago llegar la pregunta de Amanda acerca de si él está en la luz.

Él responde:

“¡ESTOY EN LA LUZ!”
“¡ESTOY EN PAZ!”
“¡TE AMO, TE AMO, TE AMO!”

Seguidamente me muestra una imagen de Amanda durmiendo y una especie de energía amorosa en movimiento, rodeándola desde arriba. Yo percibo un gran amor, protección y cuidado hacia ella. Él le manda a decir:

“YO TE SOBREVUELO CUANDO ESTÁS DORMIDA”.

Luego, a la pregunta que le hago llegar de si está bien para él que Amanda intente comunicarse con él, el alma de don Agustín responde:

“¡CLARO QUE ESTÁ BIEN COMUNICARTE CONMIGO, MIRA A TU ALREDEDOR, TE “HABLO” TODO EL TIEMPO!”

Posteriormente, me muestra una imagen de ambos, muchos años atrás. En la escena, Amanda es una niña pequeña, de unos tres o cuatro años, los veo tomados de la mano en una especie de parque alimentando palomas. Él le dice: “AMO TU ESENCIA”.

Luego me muestra una imagen de él enfermo en una cama. En ese momento yo desconocía si había muerto por enfermedad o no. En la escena, él está acostado y Amanda está a su lado, tomándole la mano. Él le dice:

“¡AGRADEZCO TU MANO!”, agrega: “¡FUI DURO, AHORA LO SÉ, PERO NO ES TIEMPO DE REPROCHES, ES TIEMPO DE SOLTAR EL AMOR!”. Todo esto lo dice en una energía de amor infinito, del que yo no soy una simple espectadora, ese amor me envuelve e inunda por completo a mí también…

Antes de terminar el encuentro, le hago llegar la pregunta de Amanda sobre si el pájaro que entró a su apartamento en días previos era una señal de él, don Agustín le responde:
“¡LO SUPISTE! ¡CONFÍA!”

Por último, don Agustín me muestra claramente una imagen con el número 05, pido confirmación y me insiste varias veces en el número 05.

Nos agradecemos mutuamente el encuentro y nos despedimos.

A continuación, transcribo un extracto de las palabras de Amanda luego de recibir la canalización a su padre:

“¡Hola Marianella! no sabes lo que me he emocionado, eeeh, te digo, sí que fue duro, fue duro mi padre, y al final, se puso más duro todavía… la escena de la que hablas de él en la cama y yo cogiéndole la mano, si hubo esa escena un día antes de que se muriera, en la que yo le cuidé muchísimo…”

“Lo de las palomas, yo no tengo una imagen de estar con él de cría, pero él era mucho de eso, era mucho de dar de comer a los pájaros…. Y…. todo me ha resultado como muy real, y desde el minuto cero que has empezado hablar, ehhh, me he emocionado como si me estuviera hablando él, no sé, me ha parecido precioso, precioso, no sé… Has hablado de todo con mucho acierto…”

“Él era un hombre de pocas palabras, pero las palabras que decía eran muy claras… me has transmitido su esencia…”
Luego, agrega:

“Ah… es cierto, se me olvidaba, el 05 es el día que nació, él nació el 5 de Septiembre, así es que el 05 es su número…”

Para finalizar, Amanda y yo nos agradecemos mutuamente, y ella añade:

“Me ha llegado muchísimo amor, y ahora, en este momento, estoy como bañada en ese amor, así que ¡wow! ¡qué cosa más bonita! ¡Qué cosa más mágica! ¡Ha sido una experiencia alucinante!”

Para cerrar este relato, de mi parte, creo que agregar algo más sólo empañaría el momento que vivimos. Tres almas que se encuentran, una en Costa Rica, una en España y otra en la dimensión Perfecta de la Luz Divina, llámele Cielo o como usted sienta llamarlo, las palabras nunca le harán justicia a la Energía del amor, ese que lo trasciende todo, incluso la muerte física…

Marianella Núñez G.
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